Cuentecito pequeñito

Había una vez un mundo donde se desencadenó una pandemia de COVID-19. Para evitar su expansión, los reyezuelos del mundo adquirieron poderes absolutos y mandaron que todo el mundo permaneciera en sus casas.

No obstante, se establecieron excepciones: Jaimita pudo ir a la fábrica de lavadoras; Juanito pudo sacar al perro; Luisita pudo salir a hacer compras…. pero pidiéndoles que respetaran unas normas de seguridad: principalmente uso de EPI-s, evitar aglomeraciones, y permanecer fuera el menor tiempo posible. Fuera de estas excepciones, se pidió que toooodo el resto del mundo evitara salir de casa y contactara con otras personas. Es así que Carlitos, Tomasita, Lucianito, Mamertita y Miguelito quedaron muy tristes en casa sin poder salir; aunque resignados a fastidiarse por el bien común.

Ocurrió que gente se cansó pronto de este régimen de confinamiento: y así, muchos Juanitos y Luisitas aprovecharon sus salidas a la compra y a sacar al perro para pasear y tomar el aire. Los reyezuelos mandaron a los soldados a pegarles en el culete, y mandarles a casa; aun así, estos Juanitos y Luisitas eran muy «listos» y encontraban formas de darles esquinazo y darse una vuelta por el monte, jugando al gato y al ratón con los soldados. Por otra parte, las Jaimitas y Jaimitos que seguían teniendo que ir a las fábricas se enfadaron, porque las lavadoras no se comen y los miles de personas que alli se acumulaban favorecían la expansión del virus. En esta situación, Carlitos, Tomasita, Lucianito, Mamertita y Miguelito (CTLMM, para resumir) dijeron que ellos también querían salir a pasear como todo pichichi.

La gente se enfadó mucho con CTLMM: les tildaron de egoístas e insolidarios, les dijeron que peor lo pasaban los niños en el 36 o en Bosnia, les argumentaron que si les dejaban salir, todo el mundo querría hacer lo mismo, y esto se convertiría en la Casa de Tócame Roque. Porque aquí la gente es así: le das la mano, y te cogen el brazo.

Y así, para resolver los excesos de Jaimitas, Juanitos y Luisitas, se aplicó la formula tradicional de este reino: apretar el cinturón a… Carlitos, Tomasitas, Lucianitos, Mamertitas y Miguelitos. Lógica aplastante.

El final de este cuento no lo sabemos todavía, pero lo aventuraba Xabier Gezuraga Jauregi.

Homenaje a José Luis Coll; Lekeitio, a 23 de marzo de 2020.

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